Día Nacional de la Enfermería: Detrás de cada guardia y cada recuperación, hay quienes sostienen el sistema desde el silencio y la empatía.
Cada 21 de noviembre celebramos a quienes sostienen, con el corazón y con sus manos, los momentos más frágiles de nuestras vidas: las enfermeras y enfermeros. Ellos son la mirada que calma, el abrazo que contiene y la presencia que no se apaga nunca, incluso cuando el cansancio pesa más que la fuerza.
La enfermería es mucho más que una profesión: es una vocación que nace del deseo profundo de aliviar, acompañar y brindarse al otro. Son quienes están al lado del paciente todo el tiempo, los que detectan cambios, cuidan, escuchan, contienen y dan esperanza. Muchas veces su trabajo queda invisible, pero cada gesto suyo puede cambiar una historia.
Aun cuando el reconocimiento no siempre llega, su entrega diaria habla más fuerte que cualquier homenaje. La enfermería requiere técnica, paciencia, humanidad y un amor enorme por la vida de los demás.
Por eso, hoy el agradecimiento es especial para las enfermeras y enfermeros del Hospital de Catriel, que con su dedicación, sensibilidad y compromiso sostienen a toda una comunidad. Cada noche de guardia, cada palabra de aliento, cada decisión rápida en un momento crítico es un acto de amor que merece ser valorado.
En su día, que sepan esto: gracias por estar, por cuidar, por acompañar y por humanizar cada paso del camino. Ustedes son el corazón que late dentro del sistema de salud.
